Por las calles de Daule corretean niños descalzos a los que nos les importa llenarse los pies de barro. No les importa, o no les queda otra. La mayoría de los lugareños viven en pequeñas casas de caña sin agua potable. Muchas de ellas, se situan en la vertiente del río Daule (sólo se puede acceder a ellas en canoa). Es su tierra y es allí donde las pueden construir. Acceden a este tipo de vivienda por el módico pero, en ocasiones, inalcanzable cantidad de entre 10 y 20 dólares al mes. En total, el precio de las casas asciende a 800 dólares.
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