El polémico Juez Garzón

Baltasar Garzón, el juez polémico. Fuente: El País.

Mucho se ha dicho a cerca del Juez Baltasar Garzón. Odiadio y querido por muhos. Más en estos días en los que instruye el caso a cerca de los casos de corrupción dentro de las filas del Partido Popular (PP) y su entramado de empresas amigas. No han tardado los populares en caerle encima y en criticar su supuesta parcialidad. No hacían lo mismo cuando investigaba el asunto del GAL o el entorno finaciero de ETA. En ese momento era un GRAN juez. Ahora, ya no lo es…

En la edición de este domingo de El País, bajo el título ‘Van a por él’, un reportaje -por cierto, el quinto más leído- analiza la figura de Garzón utilizando, entre otras fuentes,  sus propias palabras, las que escribió en su libro Un mundo sin  miedo, publicado hace 5 años. «Era consciente de que, en muchas ocasiones, los ataques eran parte de una estrategia de provocación de los propios afectados con el fin de inutilizarme como instructor». Se repite la historia.

Pero una de las partes más interesantes del reportaje es en la que Garzón, según lo que escribió en el mencionado libro, califica a la prensa como un auténtico cuarto poder rendida a los pies del gobierno de turno o los intereses económicos. Nada nuevo. Pero lo más sorprendente de todo es que Grzón asegura que no denuncia estos casos ante sus compañero porque no confía en ellos, porque no los ve con la capacidad suficiente para soportar una campaña mediática en su contra.

«¡Cuántas veces las imputaciones de filtraciones a la prensa se hubieran paralizado de inmediato con la simple comparecencia del juez explicando los hechos! En mi caso, en muy contadas ocasiones he podido hacerlo, pero no he dudado en dar explicaciones en situaciones límite y cuando la información era paladinamente falsa y manipulada. Si no he acudido -sólo una vez lo hice- en más ocasiones a los tribunales, ha sido porque desconfiaba de mis propios compañeros. No estaba muy seguro de que fueran capaces de enfrentarse a eventuales campañas de presión mediática, con lo que estoy afirmando que esa circunstancia se ha producido. Hay expertos en la coacción y extorsión mediática que utilizan la profesión de periodista como mercenarios o para obtener ventajas del poder político. Son falsos profesionales, cuya ética profesional es similar a la de los capos mafiosos».

El libro donde anticipa lo que está ocurriendo. Fuente: El País.

Estos hechos que el propio Garzón denuncia no dejan otra opción que pensar en una justicia corrupta y vendida que depende de la integridad moral del juez de turno. Malos tiempos para la justicia española.

Otro de los detalle del reportaje que llama la atención es en el que desmitifica una leyenda urbana. Garzón NO elige los casos que instruye. En el texto se devela que son los propios policías, convencidos de la obstinación del Garzón por llevar las investigaciones hasta el final, los que esperan a que esté de guardia para llevar los casos ante la Audiencia. Interesante dato. Entonces, ¿por qué vamos a dudar de la valía de las investigaciones de Garzón? Son los propios altos cargos policiales, puestos por populares y socialistas, los que siempre han confiado en su manera de proceder.

Yo prefiero seguir convencida de que aún existen personas en la justicia española interesadas en sacar la verdad a relucir, la verdad sobre los casos de corrupción, la verdad sobre los traficantes de armas, la verdad sobre los narcotraficantes, la verdad sobre los terroristas, la verdad sobre los dictadores. Simplemente, la verdad.